sábado, 4 de septiembre de 2010

Narrativa andaluza fin de siglo de Morales Lomas por L. A. Espejo-Saavedra Santa Eugenia


NARRATIVA ANDALUZA FIN DE SIGLO (1975-2002),
OBRA NECESARIA DE FRANCISCO MORALES LOMAS

Luis Antonio Espejo-Saavedra Santa Eugenia

Cuando se escribe sobre algún trabajo literario, después del desarrollo de las características de éste, se suele acabar con las conclusiones a las que se ha llegado. Pero la grata sorpresa que me ha producido este estudio, me lleva a no esperar por más tiempo, y a transmitir a los lectores de esta reseña, sin más demora, mi impresión: estamos ante uno de los acontecimientos literarios más importantes de los últimos tiempos en todo el territorio español en lo referente a crítica literaria. A partir de ahora, este esfuerzo literario –y ahora explicaré esto- es ya de obligada consulta para el estudioso profesional, o simplemente para quien desee acercarse al conocimiento de la narrativa contemporánea en Andalucía. Bibliotecas universitarias, municipales y escolares harían bien en tener sobre sus anaqueles este volumen.
He hecho referencia al esfuerzo que ha supuesto para su autor la galvanización de este estudio de vocación enciclopédica, y es en esta intención en la que subyacen serios indicios de heroicidad. El que escribe estas líneas sabe de este tipo de obras, pero, eso sí, en compañía. Ya en la introducción, se hace referencia a una de las semillas, de la que me siento orgulloso de haber participado, que luego desembocó en el libro actual: ‹‹Fruto de este trabajo ha sido la publicación de tres ensayos: el primero, escrito al alimón con otros profesores malagueños, titulado La literatura en Andalucía. Narradores del siglo xx›› (p.11). Si ésta nos costó muchas horas de trabajo en la recopilación de autores, textos y posterior moldeado de los materiales, ¿qué se puede pensar del hecho de que uno de esos profesores, Francisco Morales Lomas, intentara, en solitario, una aventura parecida?, creo que solo una cosa: el cariño por lo que se hace; no hay más.
El producto consigue estar al servicio del receptor en cuanto a la facilidad de consulta de los diferentes narradores, hecho nada fácil en esta clase empeños. Para ello, el libro se abre con una introducción explicativa, sigue con el planteamiento, irresoluble (y apasionante) –que nadie deje de leerlo- de si hay, o no, una narrativa andaluza (p. 15 y ss.) Antes de empezar con el estudio a partir de 1975, Francisco Morales lleva a cabo una aproximación razonada a algunos narradores, ya consagrados en la narrativa contemporánea, anteriores a esa fecha : José Manuel Caballero Bonald, Manuel García Viñó, Alfonso Grosso, Antonio Prieto, Fernando Quiñones y José María Vaz de Soto.
Finalmente, se da paso al estado de la cuestión y a las corrientes novelescas en todo el ámbito nacional y, particularmente, en el andaluz.
El diseño estructural de la situación en Andalucía es, pienso, el mayor logro de la obra, en cuanto a la composición externa, al haber dividido los autores por provincias, a su vez subdivididos-este es el gran acierto- en tres grupos, a los que se les añade un cuarto titulado Los más jóvenes.
El rigor investigador, casi científico (530 citas) va acompañado de una crítica, que se aleja de estridencias desagradables, para deslizarse por el terreno de la ponderación elegante en el elogio o en la consideración menos amable, que de todo hay. Podríamos decir que a Francisco Morales Lomas sólo le mueve el interés por el análisis textual, sin tener en cuenta ningún sentimiento personal de amistad, ni cualquier prejuicio externo que lo mediatice fuera de la misma crítica. De esta manera, encontramos que los personajes de su amigo-me consta que lo es- Antonio Soler, desde la publicación de Las bailarinas muertas dan la sensación de que ‹‹hubieran dejado de crecer›› (p.360).
A veces, el crítico mezcla, hábilmente, el fondo y la forma en el estudio del narrador; con unos pocos, pero densos trazos, disecciona el objeto literario de manera bastante aclaratoria para el lector, como cuando leemos sobre el estilo del escritor granadino Guillermo Busutil que ‹‹los periodos oracionales son amplios y con abundante hipotaxis, lo que genera una lentitud elocutiva arropada por la ausencia de intriga o de una historia concreta, como no sea el desarrollo de la historia psicológica o vital del personaje protagonista.›› (p. 437).
El autor de Narrativa Andaluza fin de siglo, entra de lleno-sin pecar de osadía- en el grupo de críticos de obras de carácter totalizador, de entre los que destacan José María Martínez Cachero (La novela española entre 1936 y 1980), Pablo Gil Casado (La novela social española), María Dolores de Asís Garrote (Última hora de la novela en España), Eugenio García de Nora (La novela española contemporánea), Santos Sanz Villanueva (Historia de la novela social española, 1942-1975) y Rafael del Moral (Enciclopedia de la Novela Española).

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