sábado, 7 de febrero de 2009

EL EXTRAÑO VUELO DE ANA RECUERDA POR MAITE FRANCO DÍAZ



Esta reseña ha sido publicada en la Revista Digital Papel Literario el 27 de enero de 2009. Dirección: http://www.papel-literario.com/


El extraño vuelo de Ana Recuerda de F. Morales Lomas fue publicada en 2007 por Ed. Alhulia.




Lo puede adquirir en las siguientes direcciones:







En primer lugar indicar que el autor ha querido transmitir la representación de la realidad española, durante la época en el que el dictador Francisco Franco tenía el poder de gobierno en nuestro país. La situación de la obra, en este periodo concreto, no es casual, el escritor nos quiere transmitir ese aislamiento generalizado que sufría toda la sociedad española durante la dictadura.
En la obra se relatan principalmente las peripecias de un personaje (en nuestro caso, Ana Recuerda), cuyas cualidades o circunstancias se ven modificadas en el transcurso de la obra; es decir, se narra una historia con un planteamiento, un nudo o conflicto, y un desenlace que sucede en un determinado marco espacio-temporal sobre el que el escritor ofrece todo lujo de detalles. Para ver éstos, nos fijaríamos en las descripciones de la presente novela, situándonos en la página 98 y siguientes, y comprobamos el detalle y la precisión con que el autor describe a Antonio Gualchos. Otra descripción digna de mención es cuando se representa el cuerpo sin vida de El Mellao. Y por último, añadir la descripción del “ciclón” reflejada en la página 122. En todo lo detallado anteriormente apreciamos que el autor ha utilizado una narración concisa que ha conseguido trasladarnos a esas situaciones. En la reseña del libro nos encontramos con un breve comentario de lo que va a suceder en la obra, en donde además, aparece lo siguiente: […] “Novela que deja al descubierto todo lo piadoso y lo pérfido de la existencia humana en el imaginario Cártugos, nombre con el que Morales Lomas construye su propio territorio literario”. Si volvemos a leer este fragmento, nos daremos cuenta que es una obra donde el espacio va a ser muy importante. Esto es debido a que el autor ha tomado como propio ese lugar ficticio, donde además, lo ha llenado de vida con los personajes de la novela.

Podemos decir por tanto, que el autor está, ciertamente, implicado en su obra, donde su actitud queda reflejada desde un principio con la idea del cambio de vida de nuestra protagonista, durante el régimen franquista. Además, el autor describe los personajes de tal forma, que el lector aprecia el perfil psicológico y personal de cada uno de ello, unos más matizados que otros. Aquí es donde podemos observar, de manera subliminal, la influencia del autor sobre cada uno de los personajes de su novela, a la hora de ampliar o reducir las descripciones de cada uno de ellos. Un ejemplo de la escasa profundidad en la descripción de los personajes lo vemos en el caso de Faustino Álvarez (se limita a indicar que es el autor del asesinato al comienzo de la novela, y a mediación de la misma comprobamos que vuelve al pueblo después de estar encarcelado); en el extremo contrario sería la imagen que nos relata de Pepe García (las relaciones con su novia, el enamoramiento y posterior relación con Ana Recuerda, así como sus vivencias cuando acude al prostíbulo “Los Callejones”).
A continuación, vamos a analizar elementos internos del texto, como son: el argumento de la obra, el tema o idea central que el autor nos quiere transmitir, así como su punto de vista y el tono que emplea para ello.
Una idea que nos ha valido para encontrar el argumento de la obra, fue preguntarnos ¿qué ocurre en ella?. Así, tras la lectura de la novela, obtuvimos la respuesta concreta: Al comienzo de la obra, una maestra junto a su hija Alba se trasladan a un pueblo (Cártugos) para comenzar una nueva vida, después de la separación de su marido. A su llegada todo es nuevo para ambas, la casa que iban a ocupar, el colegio donde iban a asistir, el entorno geográfico y, cómo no, también el humano. Durante su viaje hacia el pueblo, pincha una rueda del coche donde viajaban, un Corsa amarillo; le ayuda a cambiar Álvarez, un Guardia Civil que junto con el juez, el médico y el sargento, se dirigían a la montaña.

Cuando siguen su viaje se encuentran con el gitano “Barrancos”, que le cuenta que ha sucedido un desgraciado accidente y ha muerto un vecino muy joven, Pepillo, El Mellao, que no llegaba a los 20 años, cuando estaba de cacería con un grupo de amigos. Como respuesta a este trágico suceso, los vecinos del pueblo suben a comprobar lo sucedido, acompañando a la madre del Mellao, Doña Juana Álvarez.

Los compañeros de la cacería permanecían asustados, pues creían que lo que querían era linchar a Faustino, autor del desgraciado accidente. Al llegar a la cima, todos permanecieron quietos junto a la madre del difunto, sin reacción. Llevaron en el land-rover de la Guardia Civil al Mellao, acompañado de su madre y le siguió todo un cortejo hasta el pueblo.

Llegó el primer día de cole para las dos nuevas vecinas del pueblo, fueron recibidas por Julián, el director. Era el día del funeral y se celebró en la iglesia del pueblo, se llevaron el cuerpo a hombros al cementerio; no querían carruajes ni coches, pues era tradición del pueblo llevar así a sus difuntos. Durante todo el trayecto el gitano “Barrancos” los divisaba desde el monte y recitaba unos poemas, que con el tiempo, fueron transmitiéndose.

Llegó Don Eusebio Cántigas al pueblo, procedente de Barcelona, tenía más de 70 años y vino a quedarse a morir en su pueblo. Se acercaba la Navidad. Se interesó por María Andorra (o María Moreno), una mujer de la calle, al igual que lo fue su madre y su abuela. Don Francisco Villena, el cura, decía que tenía un hijo con Gerardo Moore el Seco y que se marchó con el niño a otro pueblo: Medina.

En casa del cura, éste y su madre pasaban la noche recordando la juventud del cura, cuando conoció a aquella mujer: Lucrecia Pérez, y llegó a tener relaciones con ella. El arzobispo lo convenció y la abandonó, marchándose destinado a Cártugos. El cura perdonaba pero no olvidaba su pasado. Cenaron en soledad madre e hijo y se prepararon para la Misa del Gallo.
Ana Recuerda recibe una carta de Esteban Montiego, su esposo, en ella recuerda con tristeza a Ana y su hija Alba y les pide que vuelvan.
En este momento del libro destacamos la descripción de la fisonomía de Ana Recuerda que el autor escribe a lo largo de las páginas 134 y 135, ayudándonos a tener una imagen, prácticamente perfecta, de cómo sería su físico.
El día de Reyes Ana recordaba su vida con Esteban, así como con sus padres, cuando vivía en Madrid, y también pensaba en sus hermanos: Carlos y Alejandro. De vez en cuando se carteaban o veían; pero a ella lo que realmente le importaba era su vida con Alba, su verdadera familia.
En enero Ana recibe una nueva carta de Esteban, insistiendo nuevamente en que vuelvan.

Un día Ana va de excursión a los lavaderos, a las afueras del pueblo, también iba su hija Alba. María, hija de María Gertrudis (confidente de Ana), les acompañaba. Le contó la historia del gitano Barrancos que decían que había matado a un hombre. La madre del Mellao, Juana Álvarez estaba muy mal desde la muerte de su hijo. María Andorra trataba de animarla y hablaba mucho con ella. Le aconsejaba que no bebiera de la Fuente del Olvido y que no fuera sola al monte. Un día la violaron, pero cuando se recupera, vuelve a salir sola y a ir sola al monte. Pepe García coincidió un día en una discoteca con Ana Recuerda, pensó que igual era el momento de intentar “ligar” con ella. No fue oportuno. Otro día, a la vuelta de ver a su novia, Lucía, fue a un prostíbulo (Los Callejones) y durante el camino analizaba como se sentía atraído por Ana y en la relación con su novia.
Llegó febrero, durante el Carnaval todos se disfrazaron, Ana de bruja; hubo cohetes, fuegos artificiales, pasacalle … Murió Don Eusebio y Ana recibe otra carta de Esteban, en ella le relata cómo la maltrataba e incluso buscaba una explicación para ello, seguía queriendo volver con ellas. Ana al leerla comprende que su vida ahora era Cártugos, con su hija, su amiga María Getrudis y Pepe García, del que se sentía atraída.
En la Semana Santa, todos los días había procesiones y el domingo de resurrección acudió un circo al pueblo y acudieron todos muy contentos a ver el espectáculo. Un día la hija de Ana se fue de romería con María, hija de María Gertrudis. Ana aprovechó para pasear sola por el monte, encontró una cabaña y se paró a comer. Llegó Pepe García y le dijo que esa cabaña era de él. Entraron y al rato de estar allí hicieron el amor. Pepe le declaró su amor a Ana.
Lucrecia Pérez, la amante que tuvo el cura, llegó al pueblo un día de mayo, y fue a buscarlo. Consiguió vencer de nuevo “al crucifijo”, y convencer al cura para quedarse con él. El cura fue a la ciudad y se lo confesó todo al obispo.
Ana tenía por costumbre dialogar con Evaristo Mesa (compañero del cole). Él se iba a presentar a las elecciones municipales, y hablaban del pueblo y de su política. Ana defendía ideales anarquistas y criticaba la apatía política que había en el pueblo. Cuando se iba a marchar él quiso besarla y ella lo rechazó.
Llegó la campaña electoral. Se presentaban: Paco, el Don (actual alcalde) y Antonio Gualchos. Utilizaron todas las tretas que se les ocurría para ganar votos de los vecinos. Llegó a haber una pelea con un herido de navaja. Ganó las elecciones el Don y se declaró una persecución a todo lo relacionado con el Gualchos. A los pocos meses murió el Don, de un infarto.
La relación entre Ana Recuerda y Pepe García continuaba, se veían a escondidas en el monte, pensiones u hostales, aunque sabían que al final se enterarían en el pueblo. Ana temía que todo acabara.
Ya en primavera, de nuevo Ana recibe una carta de Eusebio, insiste en volver para estar siempre juntos los dos.
La guerra: Antonio Gualchos y su mujer se dirigen armados al Ayuntamiento, en busca del Don, pero el Alcalde estaba en su bar, y al enterarse de que iban a buscarlo, se atrinchera con su mujer, y su hija María va a buscar ayuda. Por el camino el Gualchos iba recopilando adeptos y lo que pretendía era “liberar al pueblo del cacique”. Mientras se producía el enfrentamiento, a Paco (el Alcalde) le pasaban por la mente historias de La Comarca, de rivalidades y algunas otras de ficción. Llegó la Guardia Civil y les obligó a tirar las armas, detuvieron a Gualchos y los suyos y los llevaron a Giva, al Cuartel. Todos volvieron por la tarde, menos el cabecilla, que lo ingresaron en la cárcel, por considerarlo el responsable penal de lo sucedido. A los pocos meses murió el Don, de un infarto.

La relación entre Ana R. y Pepe García continuaba, pero él también seguía el noviazgo con Lucía. Pepe quería dejarla poco a poco, Ana llegaba a tener celos de la novia y le preocupaba que un día él la dejara y se quedara con Lucía.
Nuevamente apareció en el monte violada Juana Álvarez. La encontró el gitano Barrancos y la llevó al pueblo encima de su mula. María Andorra la atendió y se quedó con ella y sus hijos para cuidarla. Al día siguiente de la violación, todos los hombres: los de Antonio Gualchos y los del Don, y fueron al monte a buscar al violador. La Guardia Civil también busco. Todos, en los pueblos de la Comarca, tenían miedo de subir al monte, y sí lo hacían llevaban un hacha y un perro.
Con Campos Reina en la presentación de "El extraño vuelo de Ana Recuerda"

Lucía notaba como Pepe, su novio, cada vez dilataba más sus visitas, pensaba y le preocupaba que estuviera con otra mujer. Él siempre tenía excusas y le decía que la quería. Cada vez más las visitas se distanciaban en el tiempo. En un principio eran molestias, pero luego se confirmo que estaba embarazada. Sólo tuvieron una relación sexual, pero fue suficiente para quedarse embarazada.
Llegó a Cártugos Faustino Álvarez, el que mató al Mellao, venía liberado de la cárcel de Giva. Nadie lo reconocía, por el camino observaba el pueblo, entendía como otros paisanos que se habían marchado del pueblo, en vacaciones volvían. Recordaba los poemas del gitano Barrancos, que en ellos se relataba la historia de Cártugos. Para Faustino el gitano era el complemento de Gerardo Moore, el cronista del pueblo.
A Lucía le llegaron comentarios de que Pepe mantenía relaciones con una maestra de Cártugos. Cogió una navaja y se fue a Río Chico y se suicidó. La noticia, como todas, llegó al pueblo por el gitano Barrancos, y cuando se enteró Pepe García, desapareció. Nadie supo su paradero. Corrieron muchos comentarios sobre su desaparición. Ana R. se aisló, como en una burbuja, se sentía sola. Decidió pasar con su hija unos días cerca del mar, para poder olvidar a Pepe García. Un día paseando tropezaron con Esteban, pero el encuentro no fue fortuito. Decidieron volver a Cártugos y allí permaneció encerrada unos días, recordando su infancia con su padre en Asturias, de veraneo, su vida, a Pepe García …
Llegó el verano y el pueblo se llenó de todos los vecinos que volvían a pasar sus vacaciones, había coches incluso con matrículas extranjeras. Les llamaban “los catalanes”. En otoño, una tarde Ana sola en su casa, escuchaba a Chopin y repasaba nuevamente su vida: su matrimonio con Esteban … ya no recibía cartas de él; su pensamiento no avanzaba, sólo recordaba como Pepe García decidió abandonarla. Su vuelo no cogía altura. Recibió una carta de su padre y esto la hizo estar más melancólica todavía. Después de cinco meses Pepe volvió. Ana le dejo entrar y le escucho. Hicieron el amor, pero ya nada era como antes.
Ana se queda definitivamente en Cártugos, y con el paso del tiempo llegaría el hombre que le devolvió de nuevo a la vida.

Una vez concluida la lectura de esta novela, pasamos a delimitar el tema, siguiendo la fórmula anterior, pero en este caso nos preguntamos cuál era la idea básica que ha querido transmitir el autor del texto. Podemos manifestar que la obra es la descripción de cómo una persona comienza una nueva vida, cambiando su residencia, así como separándose de su familia quedándose solo con la compañía de su hija.
No debemos olvidar todos aquellos tópicos literarios relacionados con el amor que aparecen en el texto. Un ejemplo de ello es: “quejas de enamorado” cuando se detallan los celos que siente Ana Recuerda por Lucía, la novia de Pepe García (final del Capítulo III). Otro más lo vemos en “odi et amo”, cuando Ana recibe las cartas de su marido y se relata el odio que siente por él, cuando antes estaba enamorada, que se pueden observar a lo largo del texto, ya que son varias las que recibe.

También observamos como tópicos filosóficos-existenciales: “quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos”, que surgen en todas las reflexiones personales de Ana Recuerda.
En otro orden de cosas, señalar como elementos que conforman a la estructura interna a:
1.- Narrador: La narración va a ser trabajada como una categoría estructurante del pensamiento, y del discurso, que permite crear significados. Igualmente, considerara que el relato tiene carácter heterodiegético, ya que el narrador es ajeno a la narración, afanándose además por ser neutro.
El narrador de la novela se encuentra omnisciente, ocultado bajo la utilización de la tercera persona. El narrador describe todo lo que los personajes ven, sienten, oyen, piensan… así como los hechos que no han sido presenciados por ninguno de los personajes. Ya en la primera página vemos estas alusiones: “Miró el almanaque y pensó: << ¡qué ironía!>>”, página 7.
Como datos a detallar, nos encontramos con un tipo de narrado, el narrador editor, que es quien finge que la obra no la ha escrito él, sino que la ha encontrado y se limita a editarla. A veces finge que son cartas, como sucede en nuestra novela.
2.- Coordenadas espacio-temporales:
El espacio narrativo es uno de los elementos que configura la novela. Suele tener mayor importancia su valor significativo que el meramente formal, como sucede en nuestra obra. Éste va a ir asociado a la descripción.
El espacio que se nos presenta podría decirse que es aislado, creado ex profeso, como por ejemplo: Mágina para Muñoz Molina. Esta característica va a hacer que determine de un modo u otro el carácter de los personajes, sus comportamientos, en definitiva, sus vidas. Ante esta funcionalidad clara que tiene el espacio en la obra, podemos concluir que se trata, de un valor subjetivo del autor, sobre ese espacio geográfico cerrado que nos ha ido describiendo. Como hemos comentado en un principio, el espacio narrativo se encuentra relacionado con las descripciones que en él van a tener lugar. Un ejemplo en el que podemos observar tanto las explícitas descripciones, como el espacio dónde transcurren los hechos, lo encontramos al comienzo de la novela:

“Aunque estaba bien entrado el otoño, lucía un sol abrasivo que encendía de colores la mañana. Hacía meses que no llovía, casi un año, y todo el paisaje se había vuelto amarillento y sucio. Algunos lugareños se cruzaban llevando coronas de flores, pequeños ramos de crisantemos que recordaban cada año a aquellos seres que se habían ocultado para siempre en los recovecos de la tierra: día triste y ajado”, página 9.

De este pequeño fragmento del texto, podemos observar características del espacio, gracias a las descripciones que el autor hace tanto del paisaje otoñal, como de los personajes que se encuentran en aquel lugar. Continuamos dentro de este apartado con el tiempo, el cual se presenta de un modo más sencillo, alterado únicamente en los recuerdos y reflexiones de nuestra protagonista.

No vamos a tratar únicamente en qué tiempo se desarrolla la acción de la obra, sino que vamos a trabajar con cómo se desarrolla el tiempo, de forma interna, en la novela; es decir, en qué orden temporal el narrador presenta los hechos.

Analizando la obra, podemos llegar a decir, que sigue un orden lineal.

Podemos encontrarnos en la obra anticipos y retrocesos narrativos, que corresponderían a ir adelantando algunos hechos o matizando otros ya pasados. Señalar en este sentido cada vez que Ana Recuerda se para a meditar sobre su pasado, su matrimonio, sus vacaciones en Asturias con su padre, o su vida en familia con sus hermanos. Sobre el contexto cabe decir que es el ámbito de referencia de un texto, pero ¿a qué nos estamos refiriendo por ámbito de referencia?. Pues va a ser todo aquello a lo que puede hacer referencia un texto, como es por ejemplo la cultura, la realidad circundante, las ideologías, las convicciones sociales, las normas éticas, entre otras.
En El Extraño vuelo de Ana Recuerda sus personajes están enquistados en dos bandos políticos, además de estar atados a su pasado, a sus demonios familiares y sociales, a sus costumbres, impidiéndoles crecer. Podemos observar, por tanto, que se tratan de personas más que personajes relatados por un autor.
Los personajes son relatados en su búsqueda de libertad, felicidad, seguridad, esperanza, así como sus necesidades de desprenderse de su pasado y conseguir su evolución en lo personal y social. Se encuentran durante todo el relato de una forma enfrentados. A la finalización de la novela, observamos como se ha intentado en todo momento demostrar que hay un camino hacia la esperanza.
3.- El texto como comunicación.
Hay un hecho que creemos que debe quedar bien claro, y es el que todos los lectores dan vida al texto.
Los lectores van a tener una especial atención en la interpretación de los matices significativos que adquieren ciertas palabras o expresión en la obra. Esto se debe a que consideran que el autor lo ha escrito así con una intención determinada.
Por otra parte, la intención comunicativa del texto, es aquella que el lector obtiene del texto, es decir, lo que a él le comunica. En nuestra otra, la intención comunicativa es de entretenimiento.
El fin último de este análisis ha sido el de establecer (o al menos intentarlo) un conjunto de perspectivas formales y funcionales, que permiten ahondar en múltiples aspectos semánticos, pragmáticos y discursivos.
Además, pretendemos establecer un rol activo para el lector, a través de las marcas lingüísticas, que lo invitan a involucrarse, participar activamente, así como a reconstruir y co-construir el texto.
Para ello fue necesario consultar previamente, leer despacio, sin ideas prefijadas, intentando descubrir lo que el autor quiso expresar; concebir el texto como una unidad en la que todo está relacionado, buscando así todas las relaciones posibles entre el fondo y la forma del texto, seguir un orden preciso en la explicación, para que no se nos olvide ninguno de los aspectos esenciales; expresarse con claridad, evitando con ello los comentarios excesivamente subjetivos, ceñirse al texto y no usarlo como pretexto para referirse a otros temas ajenos a él.

Otros estudios de esta novela en la siguiente dirección: Revista Gibralfaro, enero-febrero 2009, p. 59.
http://www.gibralfaro.uma.es/criticalit/pag_1515.htm


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