viernes, 22 de febrero de 2008

LA CREACIÓN DE UN UNIVERSO (sobre "El extraño vuelo de Ana Recuerda" de Morales Lomas, publicado en Sur, 22 febrero 2008) por ANTONIO GARRIDO


UNA definición muy extendida de novela es la de universo con tiempo, personajes y acciones. Los matices y las sutilezas vienen después cuando hay que tratar del punto de vista del narrador, del famoso problema de la verosimilitud -adecuación o no con eso que llamamos realidad-, del tiempo, del estatuto de los personajes; en fin, de una serie de cuestiones que permiten que, en definitiva, la novela sea un territorio de experimentación más que rentable y también que siga siendo el género de mayor éxito desde que un glorioso manco la inventara en su sentido moderno.

Morales Lomas pertenece a la estirpe del profesor-escritor; ha tocado diversidad de géneros y tiene publicaciones de crítica literaria de las que destacaré su estudio de la lírica de Valle Inclán. Esta novela nos plantea una serie de cuestiones, de las que no es la menor la creación de un espacio, de un lugar, Cártugos, un pueblo entre montañas, heredero del asentamiento del Cerro de la Mina. La delimitación física conlleva también una delimitación de rasgos de carácter colectivo.

Dulces acciones

El autor establecerá una relación que llega a ser de claro enfrentamiento en algunos momentos entre el paisaje y los personajes; a lo largo del tiempo natural que las estaciones determinan el paisaje llega a tener una belleza que dulcifica las acciones de los personajes.

Se ha dicho que es una novela coral, sin duda, pero yo extiendo este rasgo estructural y determinante al todo narrativo, no sólo a los personajes que viven en el pueblo; por ejemplo, las cartas de Esteban Montiego lo convierten en parte de la colectividad aunque esté lejos y lo mismo sucede con otros personajes. Este rasgo impide que nadie prevalezca en importancia sobre los demás compañeros de la vividura unamuniana; no obstante, se hace necesaria una mirada exterior que son dos en realidad, la de Ana Recuerda y la del inglés, trasunto de Brenan de alguna manera. Esta doble perspectiva comunica al lector las claves que interpretan una sociedad, en teoría apacible, en la práctica, llena de tensiones y de violencia.

Ana Recuerda y su hija llegan al pueblo huyendo de una vida que se les ha hecho insoportable. El pueblo donde ejercerá de maestra se les presenta como un espacio de paz y de sosiego donde vivir sin sobresaltos; claro que una cosa son los planes y otra la realidad; sobre todo cuando esta toma forma de joven apuesto capaz de enamorar, capaz de encender la pasión de una mujer que ha sufrido y que se entrega sin más límites que los que el amante, Pepe García, que tiene novia, establezca.

Esta situación se resolverá en tragedia y en decepción, en vacío, en soledad. Lucía, la novia de Pepe, se suicidará y el texto lo narra con economía de medios y eficacia. En otros casos, la prosa hace meandros y se detiene, se demora, hasta con riqueza de imágenes líricas.

Se puede considerar que Ana es uno de los ejes narrativos de la novela pero hay otros de mayor o menor presencia que unidos forman un paisaje espiritual muy rico, poblado por personajes que funcionan como elementos de un fresco que refleja la condición humana. La literatura es la más maravillosa de las mentiras pero en el realismo esta mentira se acerca a lo que conocemos como realidad y el lector revive hechos y situaciones y esta vivencia produce placer como afirmaba Aristóteles.

La estructura de la novela se basa en historias particulares, de mayor o menor extensión, que se cruzan en momentos determinados para crear el clima, la atmósfera y el sentido del conjunto. Se trata de un sentido de la vida áspero, lleno de rencores, de esos que se pierden en la noche de la memoria pero que siguen enfrentando a generaciones en todos los aspectos que se concretan en las diferencias políticas que llevan hasta el motín contra el alcalde electo. Unos personajes capaces de matar por honor como se afirma en la página 150. Merece la pena demorarse en esta galería creada con cervantina sensibilidad por el autor. El párroco, Francisco Villena, es un ejemplo de quien pretende ser fiel de la balanza y término medio, no lo conseguirá.

Desde el capítulo primero, con la desgraciada muerte del Mellao en el Día de los Santos, el sentimiento trágico es la constante. En la página 29 se hace la relación de los hechos infaustos, violentos o accidentales, que han marcado la historia del pueblo. La novela también acaba un Día de los Santos, el ciclo se cierra y el pueblo sigue en su vivir sin tiempo en el tiempo.

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